El conflicto armado en el Madalena Medio vivía un fuerte apogeo hacia el
año 2002. Algunos sectores del Municipio de Barrancabermeja padecían crudamente
las disputas territoriales y en ese entramaje del conflicto, los jóvenes y
personas con discapacidad dadas sus altas vulnerabilidades eran fácilmente
reclutados al servicio de los grupos al margen de la ley para tomar las armas o
para informar la llegada de militares o posibles amenazas en los sectores más
críticos de la ciudad.

Como consecuencia de la guerra no sólo local sino nacional, Barrancabermeja
hacía frente al fenómeno del desplazamiento agudizando aún más el panorama
social, económico y político del Municipio.

El conflicto armado entró a categorizarse como uno de los principales
eventos generadores de discapacidades en el país y las cifras en lo local no
eran ajenas a este indicador. Los combatientes y la sociedad civil sin
distinción: como actores activos del conflicto y como víctimas de la guerra
elevaron las cifras de discapacidad y fueron pocos los mecanismos políticos,
normativos, de seguridad y garantía de los Derechos Humanos que salvaguardara a
las víctimas del conflicto en nuestra ciudad.

En Colombia, las personas con discapacidad representan el cinco por ciento
de los nueve millones de víctimas que ha dejado el conflicto armado en el país,
según datos el Registro Único de Víctimas de la Unidad Nacional para la
Atención y la Reparación Integral a las Víctimas.

Durante el conflicto y en el postconflicto, había una total invisibilización
de los colectivos de personas con discapacidad, las intervenciones propias del
estado eran limitadas y la acción más destacada correspondía a la Conmemoración
del Internacional de la Discapacidad.

Barrancabermeja adolecía de políticas que garantizaran los derechos de las
personas con discapacidad, equiparación de oportunidades, mecanismos de
reparación, cobertura integral en salud para rehabilitación y atención
psicosocial, entre otros elementos propios de una intervención global en torno
a la discapacidad y sus matices.

Ante este panorama, el 08 de agosto de 2.002 un grupo de personas con y sin
discapacidad consolidan una propuesta de intervención a las comunidades para
dar respuesta a algunas necesidades de las personas con discapacidad y sus
familias.

Surge en Barrancabermeja la Asociación del Magdalena Medio para la
Discapacidad – AMDIS, como una institución gestora de oportunidades que
abandere causas globales que puedan atender a todas las necesidades y
precariedades en las que para ese momento estaban afrontando las personas con
discapacidad.

Una institución apalancadora de procesos de rehabilitación, promotora de
escenarios de participación social y política para las personas con
discapacidad, creadora de modelos productivos para la construcción de proyectos
de vida y mejoramiento de las condiciones socioeconómicas, atención psicosocial
para reducir el impacto de los desajustes, crisis y tensiones derivadas de la
discapacidad y como fin último, el reconocimiento de un colectivo en el
escenario local para la garantía de derechos y equiparación de oportunidades.

AMDIS emprende la misión y genera toda una estrategia de intervención a las
comunidades, las instituciones, a la población con discapacidad y sus familias,
para entender la discapacidad como una circunstancia de la vida que genera
cambios físicos, orgánicos y psicológicos, pero que no anula a las personas en
su reconocimiento como sujetos de derechos y que, por el contrario, requieren
mayor atención por parte del estado y la apertura de nuevos caminos para serles
incluidos como miembros activos de la sociedad, garantizar sus derechos en
igualdad de oportunidades, generar transformaciones en los escenarios
políticos, sociales, educativos, salud y laboral para promover la
accesibilidad, la participación y el mejoramiento de la calidad de vida con
enfoque integral.

Una de las barreras que afrontaban las personas con discapacidad era la baja
oferta institucional y la presente, era privada y con altos costos para su
vinculación. Condiciones que impedían a las personas con discapacidad acceder a
servicios de educación, rehabilitación, inversión productiva del tiempo libre,
formación para el empleo y participación social cuando uno de los factores
predominantes corresponde a las condiciones socioeconómicas que categoriza a la
población con discapacidad como población pobre y en desventaja.

Esta radiografía sociopolítica y económica implica para AMDIS la generación de propuestas accesibles y gratuitas para hacer lecturas de realidad y hacerles frente a los desafíos que representaban retrocesos sociales para el Municipio y para las personas con discapacidad, es así como se consolidaron 3 Programas de gran impacto social:

  1. Observatorio de Discapacidad: Este programa permitió hacer la búsqueda de las personas con discapacidad habitantes del Municipio para registrarlas, caracterizarlas sociodemográficamente e identificar sus necesidades, problemáticas, fortalezas y sus redes de apoyo.
  1. Talleres de vida Productiva: Gestionar oportunidades de formación, cualificación, perfilamiento ocupacional y generación de iniciativas productivas que permitan a las personas con discapacidad y sus familias gestar posibilidades de vinculación laboral o generación de ingresos independientes.
  1. Programa de Habilidades Sociales: Su objetivo ha estado fundamentado en el fortalecimiento de competencias básicas fundamentales en el desarrollo como personas, de gran importancia para la preparación laboral y su posterior integración en el mercado de trabajo, para la participación en la sociedad y para el desarrollo de una vida independiente. En este sentido, el programa pretende incidir en todas estas áreas de desarrollo: habilidades para la vida, independencia, autocuidado y autonomía personal, indagando metodologías pedagógicas y centradas en el desarrollo de competencias, en la Experiencia de Aprendizaje Mediado y en el aprendizaje cooperativo.

La incidencia social, política y el fuerte liderazgo asumido por AMDIS en temas de inclusión social para las personas con discapacidad, permitieron que la gestión realizada ante el Ministerio de Salud Nacional diera sus frutos y es así como Barrancabermeja logra incluirse como una de las 5 ciudades de 3 departamentos del País en hacer parte del piloto del Registro de Localización y Caracterización de Personas con Discapacidad.

Este piloto arrojó resultados importantes respecto al número aproximado de personas con discapacidad del Municipio/Distrito sus condiciones socioeconómicas, personas con las que habita, servicios públicos a los que accede, estratificación, accesibilidad a servicios de salud, rehabilitación, educación, vida productiva y generación de ingresos, participación social, ocio y tiempo libre. Para el año 2.003 Barrancabermeja presentaba sus primeras cifras de prevalencia de la discapacidad en el Municipio ante el Consejo Municipal de Discapacidad, arrojando como cifra cuantificable, 3.500 personas con discapacidad en la ciudad.

La situación de pobreza de estas familias se caracterizaba por condiciones poco favorables como bajo nivel de escolaridad, por ende, menores oportunidades de trabajo mejor remunerados, familias numerosas o extensas (familias compuestas por otros miembros fuera del núcleo familiar, por ejemplo: nietos, nueras, yernos, sobrinos, suegros, etc.), hacinamiento, deficiente acceso a la educación, salud, justicia, nutrición incorrecta, limitados espacios de recreación y sano esparcimiento, viviendas deficientes en tema de accesibilidad y cuidados para el miembro con discapacidad, entre otros entornos o escenarios que van en detrimento de una adecuada calidad de vida que potencie el desarrollo y genere bienestar integral de sus miembros.

Estos resultados permitieron a AMDIS el fortalecimiento de sus programas y el despliegue de acciones que mitigaran algunas de las necesidades dicientes que afrontaba la población con Discapacidad desde la gestión y la construcción de Redes Interinstitucionales para generar nuevas oportunidades de desarrollo, participación, dignificación de los servicios, educación, salud, empleabilidad, ocio y tiempo libre, que favorezcan la inclusión social y laboral de las PcD en nuestro Distrito.